El hotel está emplazado enfrente de la casa club de golf y rodeado por el campo de golf del Islantilla Golf Resort. La premisa fundamental ha sido suavizar el impacto visual de la edificación en su entorno e integrarlo en él. La edificación, de 20.500 m2 y 204 habitaciones, parte de un centro, que es la zona de lobby y recepción, que a su vez da paso a un gran patio. De este centro se ramifica el resto de la edificación, la cual va girando sobre sí misma y variando en alturas para lograr un movimiento tanto en planta como en volumetría, con lo que se obtienen grandes espacios abiertos y contenidos por la propia arquitectura.

Las alturas máximas son cuatro plantas, las cuales van decreciendo conforme se extienden las ramificaciones de la edificación hacia el campo de golf. Dichas ramificaciones crean y contienen dos grandes espacios abiertos.

El primero está conformado por el restaurante y el bar, que se abre hacia el campo de golf mediante porches, terrazas y jardines. El segundo, formado por las habitaciones, corresponde a un gran espacio abierto con piscina, jardines y terrazas; también se ubica un gran bar abierto y la piscina cubierta, desde cuyo interior se puede disfrutar de las vistas al gran jardín central.

La arquitectura adoptada se configura con ciertos rasgos coloniales y elementos de la arquitectura contemporánea. La planta baja se forma como un gran basamento de la edificación mediante elementos robustos y contundentes. Las plantas siguientes se tratan con mayor ligereza por medio de terrazas voladas con estructura de madera, que rematan sobre los grandes vuelos de las cubiertas inclinadas que, a través de las distintas alturas de la edificación, actúan como elemento integrador y ofrecen una lectura homogénea en su conjunto.