«Una obra arquitectónica necesita: el tiempo, para comprender el espacio y su uso, para que sus formas sean asimiladas, para que se integre en el espacio; y la proporción, para que adquiera la calidad de intemporal.»

Este desarrollo ubicado en primera línea de golf en Vera (Almería) consta de cuatro bloques con un total de 54 viviendas y se ha llevado a cabo sobre una parcela de 8.846 m2. Se trata de un complejo concebido netamente como segunda vivienda, de carácter turístico, relacionado con las vacaciones, el golf, el mar y la familia. Las características del lugar nos han marcado la creación de una edificación con influencias de la arquitectura mexicana mezclada con la propia arquitectura andaluza de esta zona desértica.

Se han creado grandes volúmenes y elementos arquitectónicos de relevancia, fomentando las sombras entre ellos e integrando el conjunto para crear una sola entidad, huyendo de la imagen de cuatro bloques aislados. Los voladizos, los muros, los pilares y las vigas se entrelazan y enmarcan grandes aperturas visuales desde cada estancia, potenciando las vistas hacia el campo de golf y el paisaje natural, que se ha integrado en el desarrollo. El paisajismo creado hace de nexo entre la arquitectura y el paisaje.

Las viviendas se dividen en apartamentos de 80 m2 de dos habitaciones y dúplex de 84 m2, todos ellos con grandes porches y terrazas que crean espacios vivideros en el exterior. Estos se han emplazado de manera tal que se disfruta del exterior y de las vistas hacia el imponente jardín central con piscina, diseñado para que estuviese integrado con el campo de golf.

Este conjunto de 48 viviendas en tres bloques se desarrolló en la parcela U.E.R. 2, de 8.455 m2, del complejo urbanístico Valle del Este Resort en Vera (Almería). La edificación se ha distribuido en la parcela en tres bloques que forman una L, optimizando así la salida de vistas de todas las viviendas al campo de golf y creando una gran zona central de jardines, plataformas y piscina que integra el campo de golf en el desarrollo.

Los bloques son de tres plantas y hay dos tipos de viviendas: 42 unidades de dos habitaciones y seis unidades de tres dormitorios. Se optó por adoptar una arquitectura que integrase el conjunto con grandes volúmenes maclados entre sí. Dentro del movimiento propio de las fachadas se han proyectado unas grandes terrazas voladas, continuas, que actúan como punto de unidad del complejo y ofrecen una lectura continua y horizontal, extendiendo la arquitectura y haciéndola sencilla y sobria, en vez de una lectura vertical muy perforada y llena de elementos salientes esporádicos.