Como sede de los campeonatos del mundo de esquí de 1995, Sierra Nevada, en Granada, se ve obligada a actualizar todas sus instalaciones. Entre otros proyectos llevados a cabo están las intervenciones de ampliación y mejora de las nuevas pistas de alta montaña, con un programa que responde a las necesidades para la correcta práctica del deporte. Así, la estación cuenta con una edificación dedicada a la hostelería, el refugio y los primeros auxilios, los almacenes de equipos, la escuela de principiantes y el alquiler de equipos, además de las instalaciones de los remontes mecánicos para el acceso a las pistas.

La ordenación del espacio consiste no solo en la edificación sino también en la organización del espacio exterior para dar cabida a las diferentes pistas, ya sean de participantes, para el uso de las escuelas o con categoría de estacas azules.

La superficie de actuación fue de unos 60.000 m2, de los cuales la edificación ocupa una totalidad de 15.000 m2 en seis edificios. El carácter de las construcciones es netamente alpino, adaptado a las características del lugar y condicionado fundamentalmente por el uso de materiales locales.